domingo, 4 de enero de 2009

Reencuentro

Nunca creí que me volvería a encandilar tanto como lo hice aquel sabado por una mujer, ella perfecta y majestuosa, de facciones perfectas con una piel tan suave y transparente que encandilaba tan solo al verla, sus ojos, casi perfectos, verdes y achinados, su nariz respingada y sus labios rojos que no había necesidad de pintarlos porque naturales te matan por si solos. Ese pelo rubio natural y suave que era el perfecto complemento de ese bello rostro, y sobre todo su sencillez y calidez, podría haber estado toda la noche conversando contigo de cualquier cosa, hasta de lo que no me gusta solo por el placer de escucharte, ella solamente ella era la excusa perfecta para asistir a esa encuentro o reencuentro.

Pero después te fuiste, claro tenías que conversar con todos, por qué? me decía yo si lo estabamos pasando tan bien, yo te miraba y el mundo se paraba, no había nada más que importase en ese instante. Al verte conversar con otros pensaba como no me recordaba de tí, como olvidé aquella figura pequeña pero a la vez imponente, como cresta no sabía que existías, y después volviste y me preguntaste si había escuchado aquel tema del año en que entramos a primero medio, yo con un dejo de impotencia te dije que no, y me miraste y te reíste solamente alzando el vaso de cerveza que tenías tomado, en las siguientes horas estuve pensando y pensando en el hasta esa altura bendito tema, imaginando el día en que podamos conversar sobre la letra de aquella canción. Todo era perfecto al son de la música en aquel pub de la calle X, hasta que ocurrió lo que nunca pense que ocurriría, sonó tu teléfono y hablaste por 30 segundos porque los conté, conté cada puto segundo, luego hablaste con las demás chicas y te sentaste al lado de ellas, yo al lado de mi amigo decía que cresta habrá pasado, pero ya intuía lo que se venía, aquella chica hermosa no podría estar sola, debía tener algún pololo (si no lo tendría sería perfecto).

20 minutos pasaron hasta que llegó el convidado de piedra con su cabellera larga, ella lo presentó a todo el mundo, me miró con una sonrisa angelical y me dijo te presento a mi pololo, le di la mano sin ganas y de ahí en más desapareció, estaba ahí todavía pero estaba contenida, apagada, conversaba solo con las chicas y con él, comenzó a beber mas rápido y él solo bebió una fanta, yo me perdí en una conversación de cine y política con otra chica, en eso estaba cuando ella se paró y me dijo que se iba, el reloj marcaba las 4 de la mañana, la bese en su rostro y le dije cuidate ante lo cual ella me miró y con una bella sonrisa se despidió con sus ojos sin ninguna palabra. Y se fue, la velada continuó hasta las cinco y de ahí con mi socio nos fuimos a comer un completo, de ahí al auto y después a otro auto, yo quería llegar lo mas pronto posible para reencontrarme contigo en un sueño en donde no existieramos mas que nosotros, solamente nosotros, y en donde me acordara de todo lo que me hablabas y conversabamos juntos hasta la eternidad.